by Maciej BartkowskiJuly 25, 2022
Esta es una traducción al español del artículo de Maciej Bartkowski, "Alternative Institution-Building as Civil Resistance" publicado el 18 de junio de 2018 (enlace). Traducio por Francisco J. Jariego.
En 1973, el académico Gene Sharp estableció el estándar pionero en la clasificación de los métodos de acción no violenta, documentando 198 de ellos y dividiéndolos en tres grandes categorías: protesta y persuasión, no cooperación e intervención no violenta.
Cuarenta y cinco años después, la publicación del ICNC titulada Tácticas de resistencia civil en el siglo XXI, del autor Michael Beer en Nonviolence International, asume la formidable tarea de actualizar, ampliar y reclasificar el universo de los métodos de resistencia civil. Entre sus numerosas contribuciones, el libro introduce una categoría completamente nueva denominada Intervención Creativa (Constructiva), que define como «acción directa que modela o construye comportamientos e instituciones alternativas o permite tomar el control de las instituciones existentes».
Es bien sabido que numerosos movimientos, desde los colonos estadounidenses que resistieron sin violencia al dominio británico (1765-1775), hasta el Movimiento de Independencia de la India (1920-1940), o el movimiento Solidaridad en Polonia (1980-1989), se involucraron a conciencia en la construcción de instituciones alternativas. Sin embargo, en su innovadora lista de 198 métodos no violentos, Sharp catalogó solo tres vagos ejemplos: instituciones sociales alternativas, instituciones económicas alternativas y soberanía dual/gobierno paralelo (números 179, 192 y 198 respectivamente). Además, Sharp afirma que estos tres ejemplos se incluyen en su categoría de «intervención no violenta», en lugar de identificarlos como parte de una categoría independiente. Proponer una nueva categoría de Intervención Creativa (Constructiva) que captura específicamente las muchas formas de instituciones alternativas refleja el verdadero significado que estos métodos tienen en el estudio académico y la práctica de la resistencia civil.
La construcción de instituciones alternativas se entiende en términos generales como el proceso emprendido por civiles que se movilizan para establecer nuevas prácticas y organizaciones que concurren paralelas y que tienen como objetivo desafiar las estructuras socioeconómicas, culturales y políticas dominantes que se ven como injustas u opresivas. Estas organizaciones alternativas pueden ser legales, semi legales o ilegales. Algunos ejemplos incluyen escuelas alternativas, clínicas de salud, editoriales y medios de comunicación, partidos políticos, instituciones financieras, económicas y sociales, cooperativas agrícolas, instituciones proto políticas y de gobierno y organizaciones de servicio comunitario, además de todas las prácticas dentro de estas instituciones que les dieron vida en un primer momento.
El modelo de cambio que promueve la construcción de instituciones alternativas se basa en la transformación social, la autoorganización, la liberación y la prefiguración. Estas cualidades definen asimismo en qué consiste una política de resistencia autoorganizada:
1. Transformación: la construcción de instituciones alternativas no consiste en lanzar un desafío directo contra un régimen represivo con el objetivo de derribarlo. Por el contrario, apunta, ante todo, a transformar la sociedad desde dentro mediante la construcción de vínculos y redes comunales más fuertes, aumentando la conciencia de una cultura compartida, la historia, la identidad común y el destino, y ayudando a articular quejas, demandas y soluciones.
2. Autoorganización: Por medio de un trabajo dirigido al cambio de sus propios fundamentos, la sociedad se convierte en un estado cívico independiente y movilizado que se autoorganiza en las esferas económica, social, cultural y educativa, y asegura la prestación diaria de servicios a sus miembros.
3. Liberación: Por medio de su transformación y autoorganización, la sociedad se libera de manera gradual pero inexorable del control de un régimen represor.
4. Prefiguración: Comprometida por medio de prácticas independientes, una política de resistencia autoorganizada se reimagina a sí misma como la forma de sociedad que se desea una vez que las estructuras opresivas desaparezcan. En este sentido, las instituciones alternativas anticipan una sociedad que actúa como si ya fuera libre, antes de que serlo de manera formal.
La construcción de instituciones alternativas se cimenta también en las siguientes cuatro características:
1. Apariencia apolítica: a menudo se basa en actividades cotidianas en apariencia apolíticas, inocuas y cotidianas en las esferas social, cultural o económica para organizar una sociedad independiente que las autoridades no consideran necesariamente una amenaza política inmediata.
2. Riesgo bajo: A diferencia de acciones como las protestas callejeras o las manifestaciones, la creación de instituciones alternativas evita la exposición innecesaria, no da al adversario un pretexto fácil para disparar contra los participantes y no expone a un gran número de personas a un peligro evidente.
3. Largo plazo: la creación de instituciones alternativas no ocurre de la noche a la mañana y es, de hecho, un enfoque de largo plazo que, a menudo, será la lucha de toda una generación, y que en consecuencia requiere paciencia y resiliencia.
4. Impulsado por la solidaridad: cómo y en qué medida la construcción de instituciones alternativas permea una sociedad dependerá de cómo se establezca y dispense la solidaridad (humanitaria, legal, financiera o incluso expresión vocal de la empatía) entre los diferentes miembros y grupos de la sociedad por parte de estas instituciones.
Se pueden identificar al menos cinco tipos principales de creación de instituciones alternativas, en función de sus objetivos generales y predominantes. Algunos de estos tipos se superponen, pero sus objetivos principales los diferencian entre sí:
1. Autosuficiencia y autoconfianza donde el objetivo predominante de la construcción de instituciones alternativas es la supervivencia socioeconómica a largo plazo de una nación que experimentó una ocupación extranjera prolongada y represiva, una dominación colonial o un gobierno totalitario. Un ejemplo es el trabajo orgánico polaco en la segunda mitad del siglo XIX, cuyo objetivo era establecer instituciones financieras indígenas y cooperativas sociales y económicas para asegurar la subsistencia nacional. En particular, presionó contra la apropiación de tierras y la expansión colonial económica del imperio alemán en su territorio polaco dividido.
Un segundo ejemplo de este tipo de estrategia es el programa constructivo que Mohandas Gandhi articuló y avanzó durante la lucha por la independencia de la India contra el dominio colonial británico. El programa constructivo estaba representado por un charkha o rueca, entre otros símbolos. Gandhi eligió este símbolo para llamar a sus compatriotas a hacer sus propias telas caseras y llegar a ser autosuficientes y económicamente independientes de los británicos.
Un ejemplo contemporáneo podrían ser los mercados económicos alternativos en Corea del Norte que muestran que incluso los sistemas totalitarios cerrados no son impermeables a la construcción de instituciones alternativas dirigidas por ciudadanos, incluso cuando no son posibles acciones más directas como protestas, huelgas o manifestaciones.
2. Autodefensa sociocultural donde el objetivo central de la construcción de instituciones alternativas es asegurar que una nación o pueblo defienda con éxito su tejido sociocultural contra la ocupación prolongada y las poderosas fuerzas de desnacionalización. Por ejemplo, los tibetanos se embarcaron en una resistencia cultural transformadora para proteger su idioma y su cultura contra la “chinanización”, mientras que los estonios adoptaron las canciones y los cantos populares como una forma de hacer retroceder la rusificación y defender su cultura estonia. Los habitantes de Papúa Occidental dependían de las iglesias católicas y el cristianismo para crecer y proteger su cultura e identidad contra la opresión del gobierno de Indonesia y sus fuerzas de seguridad. Otros ejemplos son los polacos que se resisten al comunismo y los kosovares que establecen un sofisticado sistema educativo alternativo para fortalecer su comunidad étnica y protegerse contra las políticas de deculturización de la Serbia de Milosevic.
3. Autogobierno donde el objetivo dominante de la construcción de instituciones alternativas es establecer y ejecutar un gobierno alternativo funcional para lograr la liberación política completa. Un ejemplo podría ser que las colonias estadounidenses se nieguen a obedecer las estructuras coloniales británicas y se apoderen de forma no violenta de las instituciones existentes (por ejemplo, el sistema judicial) o construyan nuevos órganos de gobierno (por ejemplo, congresos políticos) y, por lo tanto, obtengan su independencia de facto incluso antes de que estalle la guerra en 1776.
4. Autoorganización y autonomía donde el objetivo que prevalece en la construcción de instituciones alternativas es recuperar un espacio específico, generalmente una aldea, un pueblo o un barrio, de la violencia perpetrada por grupos violentos estatales o no estatales. Los ejemplos de los pueblos de San José de Apartadó en Colombia, el pueblo chino Wukan en 2011 y Cherán en México muestran cómo los lugareños movilizados se apoderan y organizan el territorio de su pueblo para establecer la autonomía del pueblo. Establecen sus propias estructuras de gobierno y toman decisiones colectivas sobre una amplia gama de temas importantes para la gente del pueblo: provisión de seguridad, prestación de servicios básicos, trato con grupos armados, etc. Al mismo tiempo, sus instituciones permanecen, al menos formalmente, bajo control. las estructuras estatales nacionales y regionales.
5. Autosostenibilidad donde el objetivo principal de la construcción de instituciones alternativas es asegurar una ocupación efectiva, generalmente a corto plazo, de un espacio simbólico específico. Por ejemplo, durante los 17 días de la revolución egipcia en enero y febrero de 2011, la gente tomó la plaza principal de la capital, la plaza Tahrir, y estableció una ciudad de tiendas de campaña, clínicas de salud, servicios de recolección de basura, baños públicos, puestos de periódicos, espacios para la discusión política y la oración, sistemas de entrega de agua, alimentos y gas para cocinar, y puntos de control para evitar la infiltración de armas y agentes gubernamentales. En Ucrania, durante las revoluciones de Orange (2004) y Euromaidan (2014), donde las temperaturas bajo cero podían fácilmente agotar y disuadir a los manifestantes, una impresionante red de tiendas de campaña y servicios interconectados de alimentos, agua caliente y electricidad, ayuda psicológica y médica, junto con improvisados representaciones teatrales, conferencias de tipo universitario y conciertos de música crearon una vida autosostenible en la plaza principal de la capital, Maidan, para cientos de miles de personas.
Las instituciones alternativas como parte de la lucha de resistencia civil cumplen diferentes funciones y tiene diferentes impactos. En concreto, pueden ser de utilidad para:
El impacto final de la construcción de instituciones alternativas es el establecimiento de un sistema de gobierno resistente autoorganizado. Una encapsulación perfecta de esta forma de gobierno queda recogida en la cita de uno de los activistas del movimiento polaco Solidaridad, Wiktor Kulerski, quien imaginó que una persistente organización no violenta de resistencia de los polacos contra el régimen comunista conduciría en última instancia hasta el día en que:
« [El régimen comunista] controla las tiendas vacías, pero no el mercado; el empleo de los trabajadores, pero no su sustento; los medios oficiales, pero no la circulación de información; la imprenta, pero no el movimiento editorial; el correo y los teléfonos, pero no la comunicación; y el sistema escolar, pero no la educación ».
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El Dr. Maciej Bartkowski es asesor sénior de ICNC. Trabaja en programas académicos para estudiantes, profesores y educadores apoyando la enseñanza, la investigación y el estudio de la resistencia civil. Es editor de ICNC Monographs e ICNC Special Reports. Ocupa el puesto de profesor adjunto en la Escuela Krieger de Artes y Ciencias de la Universidad Johns Hopkins, donde enseña resistencia estratégica no violenta. Es editor del libro Recovering Nonviolent History: Civil Resistance in Liberation Struggles and Nation-Making, publicado por Lynne Rienner en 2013. En Twitter, @macbartkow.
Dr. Maciej Bartkowski is a Senior Advisor to ICNC. He works on academic programs to support teaching, research and study on civil resistance. He is a series editor of the ICNC Monographs and ICNC Special Reports, and book editor of Recovering Nonviolent History. You can follow him @macbartkow