by Yoselyn Guardado ChicasJune 21, 2023
This is a Spanish translation of the article "'If a Drop is Constant, It Can Break Stone': Defending Water Rights in El Salvador", published on June 21, 2023 (in English here). Translated by Araceli Argueta.
Un movimiento poderoso por la defensa y protección del agua se ha venido gestando en El Salvador desde hace décadas. Con base en Suchitoto, en el departamento de Cuscatlán, esta lucha no violenta tiene muchos componentes: organización comunitaria de base, grandes manifestaciones, educación popular y producción de música hip hop, todo ello dirigido principalmente por comunidades campesinas y amplia participación de las mujeres. El mensaje de la lucha es que el agua no se vende.
Para reconocer el agua como un derecho se necesitaba varios tipos de resistencia como el arte y acciones legales. A partir de 2019, ayudé a desarrollar una Consulta Popular, un mecanismo de participación ciudadana que se activa para hacer presión sobre quienes quieren controlar el agua.
Incluso antes de estas acciones, Suchitoto ya contaba con soluciones alternativas impresionantes y envidiables para la gestión comunitaria del agua, donde el agua es vista como bien común y es parte de la vida comunitaria, tanto así que sus comunidades a lo largo de la historia han creado, gestionado y administrado sus propios sistemas de agua, los cuales abastecen a la gran mayoría de la población rural del municipio. Estos procesos alternativos han garantizado una distribución justa y no violenta del agua como recurso a lo largo de décadas, pero este sistema se encuentra ahora amenazado.
El 02 de julio de 2007 la población se movilizó para rechazar la iniciativa del entonces presidente de la República, Elías Antonio Saca, de lanzar la “política de descentralización de servicios públicos”, conllevaba una amenaza de privatización del agua. El gobierno reprimió la movilización. Agentes de la Unidad de Mantenimiento del Orden (UMO) y de las Unidades Élite de Asalto de la Policía Nacional Civil (PNC) arremetieron contra las personas que protestaban de forma no violenta. La entonces Procuradora de los Derechos Humanos, Beatrice de Carrillo, calificó la represión como "caracterizada por el abuso de la fuerza contra la población civil".
Según ARPAS, como resultado de las acciones represivas, más de 40 personas resultaron heridas y 14 fueron detenidas por los presuntos delitos de asociación ilícita, desórdenes públicos y actos de terrorismo. Este episodio de extrema violencia no tenía precedentes en la historia de la habitualmente tranquila ciudad. Sin embargo, las comunidades, organizaciones de mujeres y organizaciones sociales simultáneamente protestaron por medio de estrategia e ingenio. Desde barricadas humanas hasta barcos llenos de mujeres que gritaban "No queremos la privatización", estaba claro que la represión no había conseguido asustar ni desmovilizar a la población.
En 2021 se aprobó la Ordenanza Municipal para la Protección y Conservación del Recurso Hídrico del Municipio de Suchitoto, que se construyó junto con la comunidad. La ley estipulaba que el agua es un bien común y se convierte en un recurso estratégico, por lo que debe cuidarse y protegerse. Fue una gran victoria para el movimiento a muchos niveles, sobre todo teniendo en cuenta que era la primera ley de este tipo en el país. La elaboración de la ley fue un proceso de defensa largo y complejo, y la posición de la comunidad se vio reforzada en todo momento por la legitimidad que les otorgaron sus acciones no violentas.
La Consulta Popular de 2019, sobre la gestión del agua y los derechos sobre el agua creó un impulso significativo para desarrollar nuevas estrategias y enfoques. Comenzamos a sensibilizar a los niños de las 45 escuelas del municipio, con metodologías populares y lúdicas. La estrategia fue llegar a las familias por medio de los más pequeños. ¿Han oído alguna vez el dicho "Los/as niños/as son como esponjas"? Pues esa era la idea: absorbía toda la información y la depositaban en sus entornos familiares, como un efecto cascada. Esta labor de defensa con los niños contribuyó a despertar la conciencia de muchos adultos que luego se sumaron al movimiento por los derechos del agua.
El hip hop fue otra táctica utilizada para llegar a las juventudes que no siempre estaban presentes en las asambleas comunitarias. Las letras de los artistas locales de hip hop proponían una narrativa que evocaba el cambio y recordaba que la resistencia se está produciendo en las calles y los barrios. La crisis del agua es nacional y es una forma de violencia estructural; las letras traen esta idea a primer plano y exponen lo absurdo de esta violencia (escucha algunas canciones aquí). Como dice una canción de hip hop:
Alzamos la voz con barras full de arte Cuiden el agua de acá, no busquen la que hay en marte
El sistema de hoy me resulta increíble “is way easier getting beers” Que tomar agua potable
Así que listen me y que suene duro el techo “I wanna make you feel” porque el agua es un derecho (bis)
Estas letras señalan la ironía de privatizar el agua, especialmente en una comunidad que lleva décadas gestionandola con éxito.
Suchitoto es también llamada la capital de la cultura, pero ha sido tradicionalmente arte europeo el que normalmente se dirigía a complacer a extranjeros y visitantes de otros lugares. Por lo que abrir las puertas al Hip-Hop ayudó a ampliar los horizontes del movimiento al unir la lucha campesina y el arte callejero bajo una misma visión: el derecho al agua para todos. A pesar de no ser la única forma de arte que usamos, tanto las comunidades campesinas como las comunidades marginalizadas, donde nace el Hip Hop, han sido puestas en la periferia social a la hora de tomar decisiones políticas, por lo que al unirlas se amplifican su voces.
Crédito: Suchitoto dice Sí al Derecho Humano al Agua.
Muchas personas en el mundo dan el agua por sentada. Pero para aquellos de nosotros que hemos transportado físicamente el agua desde la fuente hasta nuestros hogares para satisfacer nuestras necesidades básicas, es un deber y casi una obligación preservar nuestras fuentes. Es parte de nuestra historia. Las comunidades de Suchitoto lo tienen más que claro. Nuestra conciencia surge del análisis de nuestras condiciones y nuestra relación con el agua. A diferencia de muchas personas en el mundo, nosotros nos preguntamos, ¿de dónde viene el agua que consumo? Todos debemos hacernos esta pregunta, ya que el agua no sale del grifo que tenemos en casa. (E incluso para las pocas personas que se hacen esta pregunta, pocas tienen una respuesta precisa).
El simbolismo de la gota de agua fue clave a lo largo del movimiento. Se ha utilizado en pancartas, en eslóganes gritados en las calles y como metáfora para decir que si una gota es constante, puede romper la piedra, como la resistencia comunitaria en Suchitoto.
Una verdadera identidad de movimiento se ha ido forjando y afirmando a lo largo de los años, con cada nueva organización, grupo aliado, niño, campesino, mujer y joven artista de las calles de San Salvador. Todos juntos están dando que hablar.
Seguiremos defendiendo nuestro derecho al agua, y aunque haya nuevas amenazas, nuestras raíces comunitarias son profundas y nuestra lucha nunca se agotará.
Yoselyn Guardado Chicas is a feminist activist from Suchitoto, El Salvador. She studied social work. From a very young age, she has been a community leader, defending the rights of peasant communities in Suchitoto and women’s rights at the local and national levels. She is currently part of the Feminist Collective for Local Development.
Yoselyn Guardado Chicas es una activista feminista de Suchitoto, El Salvador. Estudió trabajo social y desde muy pequeña ha sido lideresa comunitaria, defendiendo derechos de las comunidades campesinas en suchitoto y de las mujeres a nivel local y nacional. Actualmente es parte de el equipo de la Colectiva Feminista para el Desarrollo local.
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