Hong Kong, Sudán, Puerto Rico: la clave del triunfo de la no violencia
(EXTRACTO) Hong Kong, Sudán y Puerto Rico no lo saben, pero tienen un porcentaje en común, el 3,5%. Desde realidades geográficas y sociopolíticas muy diferentes, los tres territorios han logrado en los últimos meses victorias (parciales, como casi toda victoria) a través de campañas de resistencia mayoritariamente no violentas: la retirada este miércoles en Hong Kong del polémico proyecto de ley de extradición que dio origen el pasado junio a la ola de protestas, el fin de tres décadas de dictadura de Omar Al Bashir en Sudán (este jueves se anunció la composición del Gobierno de transición), y la dimisión en Puerto Rico del gobernador Ricardo Rosselló, a raíz de la filtración de un chat con comentarios sexistas y homófobos, y burlas a las víctimas del huracán María.
El 3,5% es una especie de barrera del éxito, según demostraron ya en 2011 las investigadoras Erica Chenoweth y Maria J. Stephan en su libro Why Civil Resistance Works: The Strategic Logic of Nonviolent Conflict (Por qué funciona la resistencia civil: la lógica estratégica del conflicto no violento). Cuando al menos ese porcentaje de la población participa de forma activa y sin usar las armas en una gran campaña política como un intento de cambio de régimen, esta triunfa. Así fue, por ejemplo, en la denominada El poder de la gente, contra el dictador filipino Ferdinand Marcos; en la Revolución Cantada que trajo la independencia a Estonia, Letonia y Lituania; o en el totémico movimiento afroamericano por los derechos civiles en Estados Unidos. También entonces las manifestaciones masivas fueron la expresión más patente del malestar. También entonces fueron clave otras formas de acción menos televisadas, como huelgas o actos simbólicos de desobediencia.
septiembre 2019